Desde hace más de 40 años las hermanas Agustina y María del Carmen Solano Bonola se dedican a la costura en su natal Chacaltianguis, Veracruz, donde rescatan las técnicas tradicionales de enrejillado, que han pasado de generación en generación, en telas de algodón y lino importadas, que envían a diversas partes del mundo gracias a sus paisanos que se fueron a trabajar al extranjero.
Actualmente y debido a la pandemia y a las bajas ventas, las hermanas quienes comparten su arte con las personas que desean aprender, que ya no son muchas y menos los jóvenes, requieren recursos para invertir en los materiales, pues así como van terminando sus creaciones, las deben vender para subsistir.
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Al mostrar dos guayaberas elaboradas de manera artesanal, con un enrejillado y bordado con hilos de algodón y seda, tan fino que parece de máquina, explicaron que no han encontrado apoyo de las autoridades municipales y estatales para continuar con su taller donde trabajan otras cinco personas, que se ubica en su domicilio en la calle Zaragoza número 25, en el centro de Chacaltianguis. “Siempre tenemos trabajo, nos dedicamos a enrejillar, pintar en textil, tejer en ganchillo y hacemos trabajo con lirio acuático, así como dulces tradicionales.
“Necesitamos apoyo para adquirir más materiales, así como de difusión para nuestros trabajos y de las integrantes de la asociación civil Mujeres que inspiran, Mano Amiga Creativa, que hace un tianguis una vez al mes, sin apoyo de las autoridades. Necesitamos un capitalito para poder hacer varias prendas, desde ropones, vestidos para primeras comuniones, bodas, XV años, guayaberas, pañuelos, cojines, porque de otra manera queremos terminar la pieza para entregar porque no tiene uno otra forma de sobrevivir”.
El tianguis actualmente se hace de manera virtual, por lo que quienes deseen conocer las piezas deberán marcarles a los números 2881 054051 y 22 91529213 donde a través de videollamada podrán conocer los trabajos y prendas.
Las artesanas veracruzanas estuvieron en Xalapa para asistir a un evento por el Día de los Pueblos Indígenas y recordaron que el arte que aprendieron desde niñas fue gracias a que en su familia lo conservaron desde sus abuelas y ahora ellas lo han transmitido a sus hijos, y a algunos interesados aunque se han encontrado con que la gente ya no quiere aprender, mucho menos los jóvenes, debido a que se requiere mucha atención para contar los hilos al momento de deshilar, así como para lograr las figuras ya sea con hilos de otro color para resaltar el trabajo y formar diversas y finas estampas.