Xalapa, Ver.- Los hábitos de consumo cambian, introducen al mercado nuevos productos, pero también convierten a otros en desechos o reliquias que solo compran unos cuantos, eso ocurre en la actualidad con los discos compactos de música.
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Antonio Vázquez Toral, de la librería Da Vinci, explica que la vida moderna dejó atrás el uso de los discos compactos, porque ahora los jóvenes llevan su música en memorias USB o en las aplicaciones de sus celulares, “todo eso acabó con ellos”.
Junto a la venta de libros nuevos y usados, vende discos compactos de música clásica, que dice son de los pocos que todavía compran, principalmente, los adultos mayores.
Afuera de su librería, comenta que cada día coloca una mesa en la expone un sinfín de cds que comercializa por un precio mínimo de diez pesos, una cifra mayor nadie la paga.
Estos objetos son un ejemplo claro de la evolución de la tecnología en materia de música, películas o guardado de información como imágenes. “En este momento un disco compacto ni siquiera puede verse como un artículo de colección, las personas lo perciben más como basura, como algo que debe tirarse”.
Subraya que los que vende en su negocio son los que les llevan algunas personas que no quieren verlos como desechos. “Vienen y me los traen para ver si los puedo vender. Los dejan sin el afán de sacar algo de dinero, sino más bien con la idea de que otras personas los disfruten. Ya no pueden tenerlos en casa y no los quieren tirar a la basura”.
De los que se acercan a observar los discos, dice, que son personas que aman la música e intentan encontrar algo especial, porque todo lo comercial lo pueden hallar en alguna de las múltiples aplicaciones que existen ahora. “Los que más se llevan, sin duda, es de música clásica de los grandes compositores. Son los adultos mayores los que todavía tienen un aparato para reproducirlos”.
Agradece a quienes le llevan sus grandes colecciones de discos porque su intención es rescatar algo que un día era importante, porque busca alargar su vida útil.
Los discos compactos de música, “son ejemplo de esta sociedad de consumo que desecha productos e inventa otros que hacen la vida más fácil. Pero sí hay un pequeño grupo de personas acumularon una innumerable cantidad de ellos y ahora buscan la forma de regalarlos para no desecharlos. Así que mantendrá su vendimia mientras haya alguien que quiera rescatar algo que les recuerde algo importante de su vida”, concluyó.
Nota publicada en Diario de Xalapa