A pesar de que Estados Unidos se ha convertido en el país con mayor cantidad de muertos y propagación del Covid-19 en el mundo, un mexicano, Víctor Colorado, pudo viajar de Bradenton, Florida, a Arizona sin ningún protocolo especial. Según narra, tampoco en las oficinas de migración estadounidenses tuvo mayores inconvenientes, y una vez en suelo mexicano lo único que le hicieron fueron unas preguntas; la pistola de temperatura corporal marcó 29 ºC y eso le pusieron en una hoja de registro. Naturalmente, dice en entrevista, el termómetro no servía. Hoy él está en Xalapa.
El ingeniero, quien tenía un permiso especial para pasar unos meses en EU, compartió en entrevista que su regreso a la capital del estado no lo podía posponer por varios motivos, entre ellos el económico. No obstante, refiere que ha asumido un aislamiento voluntario.
De acuerdo con lo que pudo observar, compartió que por lo menos en Bradenton no hay un interés de los latinos por iniciar un éxodo a sus lugares de origen, sobre todo porque si bien han sido suspendidas las actividades no esenciales, la construcción no entra en esta categoría y a eso se dedican casi todos los migrantes, por lo que sienten que tienen seguro su trabajo; no ocurre lo mismo con las mujeres, quienes por estar en el área de limpieza han quedado desempleadas.
“Es muy curioso, pero no le dan tanta importancia por estar casadas con personas que laboran en la construcción o con quienes ya tienen su residencia, por lo mismo no se preocupan por salir de allí. Y sí, el ambiente no es el mismo, hay tensión, incluso más que en México, pero no son los latinos los asustados, sino los estadounidenses”, agregó.
Con diez días en Xalapa, pendiente de no tener algún síntoma de Covid-19, el profesional de la electricidad se mantiene en cuarentena. Aún se podía quedar unos días más en Florida, pero no lamenta haber adelantado su viaje, pese a saber por unos familiares que allá las cosas siguen igual.