Cuando apenas tenía diez años de edad, la pequeña Arlette —o Pame, como le dicen en casa— vio consumirse y fallecer, por un cáncer de garganta, a su tío Roberto Hernández Tornez. “Era como mi segundo padre”, me dice mientras hace una pausa del último día de trabajo en el Abierto Mexicano de tenis que se lleva a cabo en el Nuevo Estadio GNP, de Acapulco, Guerrero.
El sol agoniza con 31 grados de temperatura y a Arlette Pamela Silva Hernandez, sin acento, se le quiebra la voz al recordar a su tío y el sufrimiento por la enfermedad que le quitó la vida. “Era una niña, viví el proceso, fue muy doloroso y desde entonces nació en mí la idea de hacer algo para beneficiar a las personas con este tipo de cáncer”, comenta, mientras las gaviotas revolotean en la orilla de la playa.
Además, “me gustaría algún día apoyar en investigaciones de Alzheimer, para ayudar a las personas que lo sufren, en honor a mi abuelita Arcadia Silva Baltodano”, me dice, mientras el nombre de su abuela me hace recordar al fundador de Macondo, don José Arcadio Buendía, el gran personaje de Gabriel García Márquez.
Con 25 años lucha por sus sueños
Con 25 años de edad, la joven guerrerense, estudiante de Ingeniería Bioquímica en el Instituto Tecnológico Nacional de México en Acapulco, está alcanzando sus sueños porque hace apenas una semana fue seleccionada junto con 59 jóvenes de todo el mundo, para realizar una estancia en el Internacional Air and Space Program de la NASA, en Hunstville, Alabama, Estados Unidos.
La joven ingeniera en bioquímica del TecNM Acapulco se muestra emocionada por ser la única guerrerense en haber alcanzado este logro y tener este privilegio. Se lo dedica a sus muertos, pero también a sus padres, Socorro Hernandez Tornez, del poblado de Aguascalientes y Esteban Silva Silva, de Río Grande. Oaxaca, lo mismo que a sus hermanas Karen Viridiana Silva Hernandez, quien se dedica a la repostería y Vanessa Silva Hernandez, quien es estudiante de enfermería.
A unos pasitos del Princess Mundo Imperial, un hotel cinco estrellas, llamado el Resort Favorito de México, Pame me dice que ha estado trabajando en el evento deportivo, en el área de pruebas COVID-19 para dar paso al Nuevo Estadio GNP. Tiene que reunir 80 mil pesos para el viaje a la Unión Americana y aunque ha recibido el respaldo de su universidad y de muchas otras personas que se le han acercado, ella está haciendo su parte para reunir la cantidad.
Trabaja en proyecto alternativo para realizar un procedimiento oncológico poco invasivo
¿Qué lleva a la NASA? Además de una bolsa grande de sueños y emociones, Arlette Pamela lleva un proyecto alternativo para realizar un procedimiento oncológico poco invasivo. Sabe, porque lo vivió en carne propia, lo que afectan a los enfermos de cáncer, las quimios y radioterapias.
“Estaremos en un equipo multidisciplinario con estudiantes de todo el mundo para atender diferentes problemáticas. El ganador obtendrá un premio. Estoy orgullosa en ser la primera guerrerense en poder asistir a este proyecto y a este evento en las instalaciones de la NASA”, me dice emocionada.
Actualmente, además de concluir su carrera en el TecNM Acapulco, Pamela realiza su tesis en el Instituto Estatal de Cancerología en el Estado de Guerrero. En su maleta escolar lleva las emociones de la infancia, aún frescas, que le motivan a seguir adelante para encontrar soluciones y tratamientos alternativos para los enfermos de cáncer.
Agradecida con Dios y sus padres
Creyente, cristiana, Arlette Pamela dedica todo este esfuerzo a Dios, en quien cree y confía. “Me mueve la fe. No tengo dudas. Creo que todo esto es una oportunidad que Dios me abrió. Hace años, cuando empecé a buscar mi vocación, quería estudiar medicina. Por más que lo intenté, las puertas nomás no se abrieron y en el TecNM fui de los primeros lugares en ingresar en el área de bioquímica y aquí me he desarrollado con mucho orgullo”, expone.
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Con gran esfuerzo y dedicación, la joven guerrerense, que vive en la colonia Lázaro Cárdenas, reconoce el esfuerzo de su padre, quien le ha apoyado con todo. “Este viaje a Estados Unidos es un sueño cumplido. Sigo sin creérmela, sigo procesando todo lo que ha venido pasando en estos días. La verdad estoy muy emocionada”, me insiste la chica cuya historia se ha viralizado, porque es una historia de esfuerzo, de lucha, de convicciones, de dedicación.
—¿Emocionada?, le lanzo bote pronto, para concluir la charla: “Mucho, sobre todo orgullosa, pero esto es por y para todos los que creyeron en mí. Creo que la frase sería persistir, resistir y nunca desistir”, me dice, para concluir su último día de trabajo en el Abierto Mexicano de tenis.
Publicado originalmente en Diario de Xalapa