Los trabajos de rescate en los restos de los dos trenes que chocaron la noche del martes terminan este viernes, mientras siguen los esfuerzos para hallar a decenas de desaparecidos e identificar a la mayor parte de las víctimas del siniestro, que ascienden a al menos 57.
Según han señalado los Bomberos, las tareas en el lugar del siniestro concluirán este viernes y los primeros tres vagones del tren de pasajeros serán trasladados a otro sitio, donde podrán ser inspeccionados también por la Policía.
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Según los datos oficiales, hasta ahora se ha identificado a 36 de los 57 fallecidos. Todos los identificados forman parte de la lista de 56 desaparecidos que tienen en sus manos las autoridades, ha informado la Policía.
El proceso de identificación avanza lentamente debido a que la mayoría de los cadáveres están tan calcinados que es imposible identificarlos sin pruebas de ADN.
Tres días después de la tragedia sigue existiendo confusión sobre el número exacto de pasajeros que viajaba en el tren, ya que hubo personas que subieron en la estación de Larisa y compraron sus billetes a los revisores, por lo que no figuran en la lista de “Hellenic Train”.
La lista oficial de pasajeros incluye a 342 viajeros y 10 empleados ferroviarios. En el convoy de carga iban dos maquinistas.
Medio centenar de personas permanecen hoy hospitalizadas, la mayoría de ellas estudiantes de entre 20 y 25 años de edad, seis de ellas intubadas en cuidados intensivos.
El siniestro se produjo poco antes de la medianoche del martes (22:00 GMT) al norte de la ciudad de Larisa cuando el tren de pasajeros chocó frontalmente con otro de carga con dos maquinistas.
Las autoridades están centrando sus investigaciones en averiguar por qué se produjo una gran explosión tras el choque de los dos ferrocarriles, según un video difundido por la televisión pública ERT.
Según medios locales, los bomberos encontraron en el segundo vagón – que funcionaba como restaurante – dos botellas de gas.
También se está investigando la existencia de una posible excesiva cantidad de aceite en contenedores que se usan para el sistema de frenos del tren.
El fiscal del Tribunal Supremo de Grecia, Isidoros Dogiakos, ha ordenado a la fiscalía de Larisa que investigue exhaustivamente las causas del accidente y que identifique a los culpables “sean quienes sean”.
Mientras, el malestar ciudadano aumenta, con la convocatoria de manifestaciones este viernes en toda Grecia que piden esclarecer lo sucedido.
Sindicatos de trabajadores en los ferrocarriles han convocado una nueva huelga de 24 horas para protestar por la situación del sector, denunciando la falta de sistemas modernos de seguridad que podrían evitar este tipo de accidentes.
Aunque el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, habló de un desafortunado “error humano”, el portavoz gubernamental, Yannis Ikonomu, reconoció el jueves que en el tramo donde se produjo el accidente no funcionaban los sistemas de seguridad, como la guía electrónica o la señalización luminosa.
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La compañía estatal italiana Ferrovie dello Stato Italiane opera Hellenic Train, aunque las infraestructuras ferroviarias del país, incluidos los sistemas de seguridad, dependen del organismo estatal OSE.