Londres.- Más de 245.000 hogares en Irlanda y cerca de 7.000 en el Reino Unido permanecen sin luz tras el paso de la tormenta Ofelia, que en la madrugada azotó el norte de la isla de Gran Bretaña con vientos de hasta 145 kilómetros por hora.
En la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte, donde ayer lunes murieron tres personas en accidentes relacionados con los fuertes vientos, los colegios permanecieron hoy cerrados mientras continúan las labores para apartar árboles caídos de carreteras y se trabaja para restablecer el fluido eléctrico.
A pesar de que las peores condiciones meteorológicas ya han pasado, el departamento de Educación de Irlanda del Norte justificó el cierre de las escuelas porque aún existen "riesgos en los desplazamientos" de los autobuses escolares y problemas de suministro eléctrico en algunos centros.
Cerca de 20.000 hogares permanecen además sin agua corriente en Irlanda, donde las autoridades calculan que los suministros básicos no se recuperarán por completo hasta dentro de algunos días.
Las alertas meteorológicas se levantaron esta mañana en el Reino Unido después de que Ofelia causara problemas en Gales, donde 2.000 hogares siguen sin luz, y en Escocia, con otros 1.000 sin corriente.
En Glasgow (este de Escocia), parte de la fachada de un bloque de pisos que estaba en proceso de ser demolido se desplomó en la madrugada.
El servicio ferroviario entre Edimburgo, Aberdeen, Dundee, Fife y Perth quedó suspendido temporalmente después de que un tren de mercancías fuera golpeado con un árbol, lo que causó retrasos que se alargaron hasta el mediodía.
Los trenes entre Glasgow y Edimburgo también se han visto afectados por una rama caída sobre una línea de electricidad en Bellshill (centro de Escocia).
La oficina meteorológica del Reino Unido (Met Office) señaló que los restos de Ofelia, ya debilitada, han avanzado hacia Escandinavia, por lo que levantaron la alerta por fuertes vientos.
El director de Políticas Públicas de la Asociación de Aseguradoras Británicas (ABI, en inglés), Alastair Ross, recalcó que los seguros de hogar "cubrirán los daños de la tormenta" y que pueden "ofrecer alojamiento temporal si es necesario".
Los peores efectos de la tormenta se los llevó este lunes la isla de Irlanda, adonde el temporal llegó poco después de haber sido degradada desde la categoría de huracán.
Los peores vientos se registraron en County Cork, al sur de la isla, donde alcanzaron 156 kilómetros por hora, mientras que en Gwynedd, al norte de Gales, se llegaron a registrar ráfagas de 145 kilómetros por hora.
A pesar de que los servicios de emergencias alertaron a los ciudadanos de la necesidad de mantenerse en el interior de edificios durante el paso de la tormenta, el ministro irlandés de Defensa, Paul Kehoe, lamentó que algunas personas hicieron caso omiso de esas recomendaciones.
Kehoe acusó a las personas que decidieron internarse en el mar para hacer "windsurf" durante la tormenta y acercarse a muelles y acantilados para sacar fotografías de haber puesto en peligro la vida de los servicios de emergencias.
El ministro dijo que fue "estúpido y totalmente inapropiado que algunas personas decidieran poner en riesgo no solo sus vidas sino las que quienes podrían haber tenido que rescatarles durante la tormenta".
La policía irlandesa (Garda) confirmó la muerte el lunes de un hombre en Dundalk (noreste de Irlanda) por un árbol que golpeó su vehículo y otro en County Tipperary (sur) en un accidente con una motosierra cuando trataba de retirar un árbol caído.
Una mujer falleció asimismo en Waterford (sureste), también en un siniestro de circulación relacionado con las fuertes rachas de viento que azotaron la isla. EFE
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