Hope Hicks abandonó hoy la Casa Blanca, un mes después de anunciar que renunciaba a su puesto de directora de comunicación, y dejó esa tarea, al menos temporalmente, en manos del propio presidente estadounidense, Donald Trump, que no parece tener prisa por encontrar un sustituto.
Hicks, que era la asesora más veterana de Trump y tan cercana al presidente que muchos la conocían como su "hija adoptiva", se despidió hoy del mandatario y ambos salieron juntos del Despacho Oval para saludar a los periodistas.
"Hope fue una tremenda líder para nuestro equipo", aseguró una portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walters, en una conferencia de prensa.
Hicks, de 29 años, anunció a finales de febrero que dejaría pronto su cargo para buscar otras oportunidades, un día después de reconocer, ante un comité del Congreso que investiga la trama rusa, que había dicho "mentiras piadosas" para favorecer a Trump.
La marcha de Hicks deja al presidente sin una de las pocas figuras en las que confía verdaderamente, después de que en septiembre abandonara también su cargo Keith Schiller, al que había convertido en asesor tras tenerle como guardaespaldas desde 1999.
Por ahora, no hay sustituto para Hicks, y según informes de prensa, Trump parece tener poca prisa por encontrarlo, dado que confía en su propia capacidad para transmitir el mensaje que quiere a través, sobre todo, de Twitter.
"Él es su propio director de comunicaciones, así que realmente no hay necesidad", dijo un exfuncionario de la Casa Blanca al diario Politico.
Según la cadena de televisión CNN, varios de quienes asesoran a Trump desde fuera de la Casa Blanca le han dicho esta última semana que no necesita ni un jefe de gabinete ni un director de comunicación en el sentido tradicional de esos cargos.
Mientras, dentro de la Casa Blanca suenan dos nombres para sustituir a Hicks: la actual directora de comunicaciones estratégicas, Mercedes Schlapp, y el principal portavoz del Departamento del Tesoro, Tony Sayegh.
Schlapp, conocida entre sus allegados como "Mercy", es hija de exiliados de Cuba, donde su padre fue arrestado y acusado de orquestar el asesinato de Fidel Castro antes de que su familia fuera a vivir a Florida, según el diario The Washington Post.
Su esposo es Matt Schlapp, el presidente de la Unión Conservadora Estadounidense, la poderosa organización que cada año organiza la Conferencia Conservadora de Acción Política (CPAC).
Pero Hicks ha recomendado a Sayegh para que sea su sucesor, y eso ha generado una amarga batalla en las últimas semanas entre Schlapp y él, según la revista New York Magazine.
Algunos en la Casa Blanca creen que ninguno de esos dos finalistas obtendrá finalmente el cargo, y mientras tanto, se espera que Trump le pida a su consejera presidencial y exjefa de su campaña electoral, Kellyanne Conway, que asuma las funciones de directora de comunicación de forma interina.