Edgar Barrios / Huitzilan
A un año del asesinato del edil Manuel Hernández Pasión suliderazgo sigue presente en la memoria de sus correligionarios deAntorcha Campesina, quienes lo recuerdan por su gusto por lapoesía, el huapango y hasta la oratoria. Este primer aniversarioluctuoso casi coincide con el final de la administración queencabezó, ya que habría entregado el poder el próximo 15 deoctubre.
Como presuntos responsables de su muerte fueron detenidosCristian N. y Pablo Daniel N., mediante un operativo coordinadoentre autoridades de Puebla y Estado de México en un domicilio deChalco. Los acusados fueron identificados como primo y sobrino delpresidente municipal de Zacapoaxtla, Guillermo Lobato Toral.
EL ASESINATO
Alrededor de las 16:40 horas del martes 10 de octubre de 2017,la noticia comenzó a difundirse en la región sin tener claridadde lo ocurrido. Inicialmente se había manejado que su escoltaestaba herido y que el alcalde iba acompañado de su esposa, quiense decía había sido también lesionada. Horas más tarde seconfirmó la muerte de Hernández Pasión y de su escolta, unpolicía municipal vestido de civil, quien quedó en la batea de lacamioneta blanca, de la marca Nissan, tipo Titán, con placas delEstado de México. Se desmintió la versión sobre su esposa.
Hoy se sabe que los hechos ocurrieron en el kilómetro 9+00 dela carretera Zacapoaxtla-Cuetzalan, muy cercana a la desviación deHuahuaxtla, perteneciente al municipio de Xochitlán de VicenteSuárez.
De acuerdo con lo informado por las autoridades, el munícipeviajaba de Zacapoaxtla hacia Huitzilan. En algún punto dosvehículos le cerraron el paso y comenzaron a dispararle. Elalcalde antorchista intentó huir y esquivar a los vehículos y losdisparos. Trató de poner en reversa a su camioneta, aunque lamaniobra estaba implicando tiempo y empezaba a sentirse acorralado.Su vehículo quedó atravesado, sobre la zanja lateral de lacarretera.
Decidió bajar de la camioneta y escapar hacia el monte.Aparentemente, los maleantes lo persiguieron y unos metros despuésel edil se desplomó, víctima de los disparos, quedando su cuerpotendido en el pasto, muy cercano a una zona boscosa y a unos 100 o200 metros de su camioneta. Al parecer, primero fue herido en eltórax, lo que dificultó su escape y facilitando que los asesinosle dieran alcance para darle el tiro de gracia.
Los autores materiales del asesinato dejaron en la escena unvehículo tipo Jetta, de color blanco, con placas del estado dePuebla. Momentos después llegaron elementos policiacos yparamédicos del Sistema de Urgencias Médico Avanzadas (SUMA), enla ambulancia 197, de la unidad ubicada en Zacapoaxtla, sin quepudieran hacer nada, el alcalde y su escolta habían fallecido.
Aunque no se conoce el motivo del crimen, hasta donde se sabe,el alcalde recibió –al menos– un disparo en la cabeza y,extraoficialmente se sabe que habría recibido otro más en eltórax; iba vestido con un pantalón de mezclilla color azul y unacamisa de manga larga. En la espera de la agencia de ministeriopúblico, su cuerpo fue cubierto con una cobija.
Su escolta falleció víctima de los disparos que recibió en eltórax, su cadáver en la batea de color negro quedó. En el lugarfueron encontrados casquillos percutidos de rifles R15 y depistolas 9 milímetros. Ambos cadáveres tuvieron que esperar pocomás de cuatro horas para ser levantados. Ambos cuerpos fuerontrasladados al anfiteatro de Zacapoaxtla para que se le realice lanecropsia de ley.
Según información extraoficial, fue poco después de las 22horas cuando los peritos arribaron a la zona. Una vez perpetrado elcrimen, se supo que el alcalde ya había recibido amenazas, por loque se hacía acompañar de patrullas, aunque en esta ocasiónsolamente eligió hacerse acompañar de un guarura, sin que se sepala razón por la que cambió su costumbre de hacerse acompañar dedos o tres escoltas.